Los movimientos involuntarios de los párpados son bastante frecuentes. Algunos de nosotros los describimos como espasmos o temblores. La mioquimia palpebral (terminología médica) o “temblores” de los párpados, se siente incómoda cuando dura unos días, pero puede llegar a ser bastante debilitante si la condición persiste. La mayoría de las veces, la mioquimia dura alrededor de una semana. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar espasmos en los párpados durante varias semanas o incluso meses. Para las personas en este último grupo, recomendamos buscar ayuda de un especialista para explorar tratamientos que puedan detener los espasmos.
La causa de los temblores de los párpados sigue siendo relativamente desconocida. A veces, se asocia con falta de sueño, demasiada cafeína o estrés. En muy raras ocasiones, puede ser el primer signo de una enfermedad conocida como blefaroespasmo. En general, la contracción de los párpados se puede manejar con bastante facilidad y, para sorpresa de muchos pacientes, el BOTOX es el mejor tratamiento.
El Botox, o toxina botulínica, es una proteína que se une a los receptores en las células musculares e inhibe temporalmente su movimiento. Debido a que los espasmos de los párpados son movimientos musculares involuntarios causados por un desencadenante desconocido, se pueden detener bloqueando el impulso nervioso que los hace temblar. En términos simples, el Botox relaja los músculos de los párpados y detiene la mioquimia.
El tratamiento de los temblores de los párpados con Botox es muy seguro y bastante efectivo. Los pacientes pueden esperar que el espasmo se detenga una semana después de la aplicación del Botox. Afortunadamente, este tratamiento es rápido y puede ser realizado en el consultorio del médico. En la mayoría de los pacientes, una inyección es suficiente para detener permanentemente los temblores; sin embargo, algunas personas pueden necesitar aplicaciones adicionales unos meses después (ver video).