El carcinoma basocelular es el tipo más común de cáncer de piel. Se origina en la capa más profunda de la epidermis debido a la exposición crónica al sol y al daño de los rayos UV en las células de la piel. El carcinoma basocelular es más común en adultos mayores con piel clara, aunque también es frecuente en personas con tonos de piel más oscura. De hecho, este es el tipo más común de carcinoma de los párpados en Costa Rica. El diagnóstico temprano del carcinoma basocelular es fundamental, ya que el tumor puede resecarse por completo sin afectar permanentemente la función del párpado.
El carcinoma basocelular del párpado aparece con mayor frecuencia en el párpado inferior y el ángulo interno del ojo (canto medial). Comienza como una lesión de color rojizo en la piel con bordes mal definidos. La lesión crece lentamente durante meses o años y, a medida que se expande, pueden aparecer pequeños vasos en forma de telaraña en su centro (telangiectasia). Con el tiempo, los márgenes del tumor adquieren una apariencia perlada con bordes enrollados. A medida que se desarrolla el cáncer, se distorsiona la anatomía normal del párpado, causando muescas o ulceraciones. Si el tumor se encuentra en el borde del párpado, las pestañas comenzarán a caerse, un signo llamado madarosis.
El diagnóstico del carcinoma basocelular puede lograrse clínicamente cuando el tumor es grande o puede requerir una biopsia incisional. Tras el diagnóstico, el cirujano oculoplástico resecará toda la lesión y reconstruirá el párpado.