Los músculos faciales desempeñan un papel fundamental en nuestra vida cotidiana, aunque muchas veces no nos enteramos de su importancia. Sin ellos, no podríamos masticar nuestra comida, sonreír o mostrar sorpresa. Lo más importante, sin embargo, es su papel en la protección de nuestros ojos a través de lo que llamamos el parpadeo. Cada parpadeo distribuye una película de lágrimas sobre la superficie de la córnea, evitando que este delicado tejido se seque o se infecte. Los músculos responsables de llevar a cabo esta función se llaman orbicularis oculi, mientras que el nervio facial controla su movimiento.
Los nervios faciales llevan señales del cerebro a los músculos que se encuentran en ambos lados de la cara. Cuando esta señal se interrumpe por hinchazón o daño permanente a un nervio, los músculos de ese lado de la cara se debilitarán temporal o permanentemente. Esta es una condición médica común conocida como parálisis facial.
La parálisis facial puede ser temporal, como cuando es causada por una infección viral, o puede ser permanente. La parálisis de Bell se refiere a la parálisis facial que no tiene una causa identificable. Independientemente del factor causante, esta condición generalmente resulta en la pérdida de la habilidad de una persona para cerrar los párpados. Si no se restaura la función normal, el ojo corre el riesgo de sufrir un daño importante.
Tratamiento de los síntomas oculares de la parálisis facial
Un parpadeo débil es responsable de causar los síntomas oculares que afectan a los pacientes con parálisis facial. Los síntomas más comunes incluyen irritación ocular, lagrimeo constante, sensación de cuerpo extraño y dolor punzante. Estos síntomas pueden afectar la calidad de vida de una persona de manera muy importante. En casos graves en los que el músculo orbicular está significativamente alterado, la córnea corre el riesgo de cicatrizarse debido a la falta de lubricación. Otro riesgo asociado con el cierre deficiente del párpado es la infección por bacterias agresivas que pueden causar daños irreparables en la córnea.
En pacientes jóvenes, los síntomas pueden controlarse con lubricación ocular utilizando lágrimas artificiales sin conservantes y geles oftálmicos. Los pacientes también deben dormir con un parche en el ojo o con lentes especiales que crean un sello alrededor de los ojos para evitar la evaporación de las lágrimas. En pacientes de mayor edad, lubricar el ojo puede no ser suficiente para proteger la córnea, lo que hace necesaria la cirugía. Esto también es cierto en casos donde el nervio facial ha sido dañado permanentemente.
Opciones quirúrgicas para restaurar la función del párpado
Cuando la función de los párpados se ha visto comprometida permanentemente o los síntomas no se pueden manejar con el tratamiento habitual, se debe considerar una opción quirúrgica para preservar la integridad del ojo. Los implantes de pesas de oro han sido específicamente diseñados para mejorar el mecanismo de parpadeo en pacientes con parálisis facial. Estos implantes ayudan al cierre de los párpados, asumiendo la función de un músculo orbicular débil. El resultado es una mejora en los síntomas del ojo seco, lagrimeo excesivo y dolor ocular.
Los cirujanos oculoplásticos son expertos en implantes de pesas de oro para el tratamiento de los síntomas oculares debidos a la parálisis facial. Ellos adaptan el tratamiento para cada paciente mediante la implementación de diversos procedimientos para mejorar la calidad de vida de sus pacientes y proteger la integridad del ojo.