La implantación de una pesa de oro es actualmente el estándar para el tratamiento del lagoftalmos paralítico, que es la incapacidad de cerrar el ojo por completo después de una parálisis facial. Sin embargo, ciertas complicaciones están asociadas con este procedimiento. La migración y extrusión del implante son las más comunes, especialmente en pacientes mayores, y pueden ocurrir meses o años después de la operación. La extrusión debe tratarse rápidamente para prevenir infecciones; además, si no se trata, el implante saldrá a través de la fina piel del párpado.
El cirujano debe colocar el implante en otra posición para corregir la extrusión y restaurar la función del párpado. El procedimiento es seguro y se puede realizar con anestesia local. La pesa de oro se retira y se coloca en una posición más superior debajo del músculo elevador, el músculo responsable de elevar el párpado. Por lo tanto, el implante estará cubierto por una capa muscular más gruesa, lo que debería disminuir significativamente el riesgo de extrusión. También se puede colocar una segunda capa protectora de matriz tisular AlloDerm, aunque no todos los cirujanos lo consideran necesario.
La recuperación es rápida e indolora. Los pacientes deben esperar leves hematomas e hinchazón durante aproximadamente una semana después de la cirugía. Los cuidados postoperatorios incluyen la aplicación de un ungüento antiinflamatorio tópico y compresas frías. Por último, la reparación de la piel sobre el implante se completa aproximadamente un mes después de la cirugía.
El objetivo en estos casos es restaurar la función del párpado minimizando el riesgo de recurrencia de la extrusión. Además, un cierre palpebral adecuado garantiza la protección de la superficie ocular, fundamental para la salud ocular.