La parálisis facial es una enfermedad bastante frecuente ocasionada por un daño al nervio facial (séptimo par craneal). Este daño provoca debilidad en los músculos faciales, interfiriendo con el parpadeo, la sonrisa y la masticación del lado afectado de la cara. La debilidad muscular afecta la calidad de vida del paciente al producir un impacto negativo en actividades rutinarias como conducir, leer y trabajar en la computadora.
La parálisis facial es más que una simple molestia para los pacientes; puede convertirse en una discapacidad que interfiere con la vida diaria y el trabajo. Los síntomas más molestos surgen por la debilidad en los músculos que controlan el parpadeo. Esto interfiere con la lubricación del ojo y la integridad de la córnea, causando síntomas severos de ojo seco. También pone al paciente en riesgo de ulceración e infecciones bacterianas corneales.
Los síntomas visuales más comunes de la parálisis facial incluyen hipersensibilidad a la luz, sensación de cuerpo extraño o arenilla, ojos irritados, lagrimeo y visión borrosa. Como mencionamos, estos síntomas son causados por la incapacidad para cerrar completamente el ojo afectado. Los síntomas generalmente empeoran durante la noche porque la córnea está expuesta al aire durante un tiempo prolongado.
Las séquelas oculares de la parálisis facial pueden tratarse con fisioterapia o, en algunos casos, pueden requerir cirugía.
Tratamientos no quirúrgicos de la parálisis facial en oftalmología
Si la parálisis facial surgió espontáneamente (parálisis de Bell) el mejor abordaje consiste en realizar varias sesiones de fisioterapia durante un periodo de seis meses, ya que esto puede ser suficiente para alcanzar una recuperación completa y evitar la cirugía. Durante este tiempo, el paciente debe lubricar el ojo con lágrimas artificiales sin conservantes, geles, o ungüentos oftálmicos. Además, es importante colocar un parche en el ojo afectado por la noche o utilizar gafas con cámara de humedad. La mayoría de los pacientes experimentarán una mejoría sin la necesidad de cirugía.
Cirugía para tratar los síntomas de la parálisis facial
Cuando la parálisis es secundaria a un traumatismo irreversible en el nervio facial, una cirugía previa o una parálisis de Bell que no mejora con fisioterapia el problema debe abordarse quirúrgicamente para evitar complicaciones visuales y daño corneal irreversible.
Los párpados superiores e inferiores requerirán cirugía para restablecer su función normal.
En el párpado superior, el mejor tratamiento es la colocación de una pesa de oro o titanio para permitir que el ojo se cierre con cada parpadeo. Los implantes vienen en diferentes pesos, de 0,8 gramos a 2,2 gramos, y el peso que mejor realiza esta tarea se calcula en el consultorio. Una vez que se identifica el peso correcto, el cirujano oculoplástico colocará el implante debajo de la piel y el músculo orbicular del párpado. Este procedimiento se realiza en una sala de operaciones bajo anestesia local y sedación. La operación es indolora y el tiempo de recuperación es de aproximadamente una semana. El implante permitirá al paciente abrir y cerrar el ojo normalmente, disminuyendo significativamente los síntomas del ojo seco y la irritación de la superficie ocular.
El párpado inferior también debe ser operado para restaurar su tono normal. Esto implica una cirugía para corregir el ectropión del párpado inferior (párpado que se pliega en dirección opuesta al ojo). Esta cirugía generalmente se realiza al mismo tiempo que el implante de la pesa de oro en el párpado superior.
Finalmente, algunos pacientes no tienen problemas con el parpadeo después de una parálisis facial, pero su visión periférica disminuyó debido a la caída de la ceja del lado afectado. Esta ptosis de la ceja se puede tratar mediante una plastia directa de ceja. Esta operación se realiza bajo anestesia local y ofrece excelentes resultados.
¡La parálisis facial no tiene por qué afectar su visión!
No tiene por qué vivir con los síntomas visuales de la parálisis facial. Nuestro cirujano oculoplástico puede ayudarle a tratar las secuelas que están afectando su calidad de vida. Él le recomendará el tratamiento que mejor se adapte a su condición.