Los tumores benignos de los párpados son muy frecuentes en niños y adultos.
Pueden ser de naturaleza sólida o quística y pueden producir síntomas como picazón e irritación o ser asintomáticos.
Un tumor pequeño o quiste en el párpado se debe quitar si es molesto para el paciente o si el médico desea descartar malignidad.
En cualquier caso, la lesión puede extirparse en el consultorio del médico bajo anestesia local, sin tener que ir a un quirófano.
Cuando lo realiza un especialista en párpados, el procedimiento es indoloro y seguro, y no requiere tiempo fuera del trabajo.
La única recomendación es que el paciente se aplique antibiótico en ungüento en el sitio operado tres veces al día durante una semana.