El cáncer de piel es muy frecuente en los párpados. Hay ciertas características que distinguen estos tumores de una lesión benigna, como por ejemplo:
- Márgenes irregulares
- Ulceración central
- Bordes perlados
- Crecimiento de la lesión con el tiempo
El carcinoma basocelular es el más frecuente en los párpados.
El diagnóstico del cáncer de párpado empieza por una valoración clínica. Los cirujanos oculoplásticos pueden diagnosticar la mayoría de los carcinomas observando sus características macroscópicas.
En ocasiones es necesario realizar una biopsia para saber de qué tipo de carcinoma se trata. Esto se realiza en el consultorio médico.
El tratamiento del cáncer de párpado siempre es quirúrgico.
El grado de complejidad de la cirugía y el tiempo de recuperación dependerá del tamaño del tumor y su agresividad.
Para tumores pequeños, se puede realizar una resección en cuña bajo anestesia local. La recuperación en estos casos es bastante noble.
Cuando el tumor es más grande o el carcinoma es más agresivo, la resección quirúrgica debe ser más amplia.
En estos casos la reconstrucción del párpado es mucho más compleja, requiriendo colgajos e injertos para lograr un resultado funcional y estético adecuado.
Cuando el tumor es más grande o el carcinoma es más agresivo, la resección quirúrgica debe ser más amplia.
En estos casos la reconstrucción del párpado es mucho más compleja, requiriendo colgajos e injertos para lograr un resultado funcional y estético adecuado.
Afortunadamente, los cirujanos oculoplásticos están entrenados en el diagnóstico y manejo del carcinoma de párpados.
Con un abordaje adecuado, se puede curar esta patología conservando la función y aspecto normal de estos tejidos tan delicados.
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