Usted se sometió a una cirugía plástica para levantar sus párpados caídos o deshacerse de las bolsas debajo de sus ojos. La cirugía fue un éxito y le fascina el aspecto de su mirada. Sin embargo, sus ojos todavía están irritados y lagrimean constantemente. Se sienten cansados, su visión es borrosa y están rojos todo el tiempo, lo que hace que trabajar en la computadora sea un desafío. Es probable que se pregunte: ¿por qué me lloran los ojos si todo salió bien con la cirugía?
Es bastante común tener ojos llorosos después de cualquier procedimiento de párpados, pero especialmente después de un levantamiento de párpados superiores o una cirugía para eliminar bolsas y arrugas debajo de los ojos. Las causas detrás de este síntoma son múltiples. En primer lugar, el mecanismo de parpadeo puede verse afectado cuando se realizan incisiones en la piel del párpado, sobre todo cuando se elimina la piel, como en una blefaroplastia. Si el cirujano remueve demasiada piel, la córnea del paciente quedará expuesta al aire y se secará, provocando enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño y ojos llorosos.
Otra causa puede ser el daño al músculo responsable del cierre de los párpados, llamado músculo orbicular. Este músculo debe conservarse durante la cirugía plástica de párpados, pero algunos cirujanos aún lo extirpan parcialmente. Si se lesiona el músculo orbicular, el paciente tendrá un parpadeo lento o posiblemente un cierre incompleto de los párpados, una condición conocida como lagoftalmos. La consecuencia, en cualquiera de los dos casos, será una sequedad excesiva de la córnea, que a su vez provocará irritación y lagrimeo en los ojos.
El lagrimeo puede durar desde unos pocos meses hasta más de un año, dependiendo de la causa. En algunos casos, la condición se volverá permanente. Se observa con más frecuencia en pacientes que padecían síndrome de ojo seco antes de someterse a una cirugía de párpados y en pacientes con retracción palpebral posoperatoria o lagoftalmos.
El tratamiento médico para los ojos llorosos después de la cirugía plástica de párpados implica la aplicación de gotas de lágrimas artificiales. Aunque esto pueda parecer contradictorio, tiene sentido si recordamos que el factor principal es la resequedad de la córnea. Mantener la córnea húmeda con lágrimas artificiales sin conservantes o geles oftálmicos es la forma más eficaz de tratar la resequedad ocular y mejorar el lagrimeo. En casos severos o refractarios, puede ser necesario recurrir a un procedimiento quirúrgico para tratar el síntoma.