Un cirujano oculoplástico tiene a su disposición varias técnicas para levantar una ceja quirúrgicamente. El levantamiento de cejas endoscópico es la mejor opción para lograr los resultados más naturales y elegantes sin riesgo de dejar una cicatriz visible, ya que se crean micro incisiones en el cuero cabelludo para realizar la operación. Por otro lado, un abordaje transcoronal o pretriquial implica grandes incisiones en la línea del cabello o detrás de ella que tienen un mayor riesgo de cicatrización y daño a los nervios.
Cuando se trata de pacientes sin cabello o cuando el levantamiento de cejas se realiza principalmente con fines funcionales, las incisiones pueden ubicarse en las líneas horizontales de la frente o en una arruga justo encima de los vellos de las cejas. Este último se conoce como levantamiento directo de cejas o plastia directa de cejas. Consiste en remover una cantidad predeterminada de piel para levantar físicamente la ceja y despejar el eje visual.
Inicialmente, la cicatriz será muy evidente para las personas, especialmente en casos de ptosis de cejas severas (cejas caídas), ya que se necesitan incisiones más grandes para levantar las cejas. Aproximadamente a la semana, cuando se retiran los puntos, las cicatrices se ven engrosadas y bastante notorias. El tejido cicatricial y la hinchazón dentro y alrededor de la incisión comenzarán a formarse en este momento, un proceso que dura aproximadamente dos meses, después de lo cual aparecerá una cicatriz menos visible.
La mayoría de las cicatrices son imperceptibles entre ocho meses y un año después de la operación. Sin embargo, algunas personas pueden tener cicatrices residuales después de este período que requieren una revisión de la cicatriz, quirúrgica o de otro tipo, para mejorar su aspecto. Las exfoliaciones químicas profundas y la ablación con láser de CO2 pueden disminuir efectivamente la visibilidad de la cicatriz en tales casos.