El cáncer de piel de los párpados es común en personas mayores, especialmente en gente con piel clara e individuos que se expusieron a la luz ultravioleta de manera prolongada durante el transcurso de su vida como, por ejemplo, surfistas y agricultores. El cáncer de piel es especialmente frecuente en el ángulo interno del ojo (canto medial) y en el párpado inferior, pero puede originarse en cualquier lugar alrededor de los ojos.
El carcinoma basocelular es el carcinoma más común que afecta la piel alrededor de los ojos. Este tipo de cáncer de piel crece lentamente, invadiendo la dermis y tejidos más profundos. Comienza como una protuberancia o nódulo de color rojizo con bordes irregulares y, en algunos casos, pérdida de pestañas y ulceración de la piel del párpado.
Cuando el cáncer de la piel del párpado es pequeño, se puede extirpar mediante una técnica llamada resección con cuña. Este procedimiento consiste en extraer la lesión y cerrar las capas del párpado. La operación se realiza bajo anestesia local en una sala de procedimientos menores.
Sin embargo, cuando el cáncer es más extenso o sus bordes estás mal definidos, es necesaria una escisión más grande, es decir, precisa la extracción de una porción significativa del párpado. En estas situaciones, la reconstrucción del párpado puede ser muy compleja, requiriendo colgajos e injertos para recuperar la función normal del párpado y lograr un resultado estético razonable.
Los cirujanos oculoplásticos son cirujanos oftalmólogos que se han especializado en cirugía plástica y reconstructiva de los párpados y el rostro. Como tal, están acostumbrados a realizar reconstrucciones complejas de los párpados después de la eliminación del cáncer de piel. Su primer objetivo al realizar un procedimiento reconstructivo es preservar la salud del ojo. Los cirujanos de párpados también tienen como objetivo restaurar la función completa de los párpados. Finalmente, estos especialistas siempre buscan alcanzar el mejor resultado estético en cada reconstrucción.