Una situación complicada
Como cirujanos oculoplásticos, estamos acostumbrados a tratar diversas complicaciones de la cirugía estética de párpados. Sin embargo, una situación plantea el mayor desafío: la retracción del párpado inferior después de una blefaroplastia.
La anatomía del párpado inferior es notablemente puntillosa. Más importante aún, la posición del párpado inferior está determinada por una interacción altamente compleja de factores anatómicos y mecánicos, como la elasticidad del tejido, el tono muscular, la fuerza adecuada de los tendones del párpado y un equilibrio perfecto de fuerzas de tracción entre las capas de piel (lámina anterior) y mucosa (lámina posterior) del párpado. Además, el párpado inferior y la mejilla forman una unidad anatómica y deben tratarse como tal.
¿Qué causa la retracción del párpado después de una blefaroplastia?
La retracción del párpado inferior no es infrecuente después de una cirugía estética para tratar las bolsas y arrugas debajo de los ojos. Los cirujanos plásticos de párpados respetan mucho esta operación porque el párpado inferior es “implacable”, lo que significa que el cirujano debe tener un cuidado extremo al manipular los delicados tejidos de esta zona.
La mayoría de las retracciones se producen cuando se elimina la piel para tratar las arrugas debajo de los ojos, aunque también puede ocurrir cuando se elimina el tejido graso (bolsas). Además, es más probable que se produzca una retracción si la laxitud de los tendones del párpado no se trata adecuadamente durante la operación. Cualquiera sea la causa, abordar el problema de la retracción es una prioridad.
¿Por qué es tan difícil tratar la retracción del párpado inferior?
Tratar la retracción posterior a la blefaroplastia es un desafío porque el objetivo es recuperar la posición normal del párpado y, al mismo tiempo, lograr el mejor resultado estético. Una forma sencilla de reparar la retracción es colocar un injerto de piel en el párpado inferior. El problema con este abordaje es que el injerto de piel se puede engrosar y ser bastante visible, lo que hace que el resultado sea subóptimo.
Otra forma de abordar el problema es emplear la “fijación de 4 puntos” para la retracción del párpado. Es la forma más eficaz de corregir la retracción del párpado inferior, aunque bastante elaborada.
La fijación de 4 puntos para reparar la retracción del párpado inferior
La fijación de 4 puntos implica liberar todo el tejido cicatricial y dar soporte vertical y horizontal al párpado inferior para evitar la recurrencia de la retracción.
El soporte vertical se proporciona aplicando volumen a la mejilla mediante lipotransferencia. La grasa se injerta del abdomen o los muslos, se procesa y, posteriormente, se inyecta profundamente sobre el hueso maxilar para sostener y elevar el párpado.
A continuación, se libera meticulosamente el tejido cicatricial y se coloca un injerto espaciador en el lado posterior del párpado para aumentar su longitud vertical. La mucosa del paladar duro es la mejor opción para este propósito.
Un lifting de la mejilla proporciona el tercer punto de fijación. Es fundamental liberar por completo todos los ligamentos de la mejilla que impiden su elevación; de lo contrario, el efecto de anclaje de estos ligamentos producirá una recurrencia de la retracción.
Finalmente, el párpado se tensa horizontalmente con una cantoplastia. Este paso es fundamental para corregir cualquier laxitud y estabilizar el párpado durante el proceso de curación.
La paciencia es vital
Para los pacientes que han experimentado esta complicación, el aspecto más difícil es dar tiempo a los tejidos para que sanen antes de embarcarse en una serie de tratamientos que pueden empeorar el problema. Los cirujanos deben evitar cualquier intervención antes de permitir un período de 3 a 6 meses después de la blefaroplastia para reparar la retracción.
Cuando la inflamación ha desaparecido por completo y es evidente que la retracción persistirá, entonces es el momento de proceder con la reparación. La cirugía se realiza en una clínica ambulatoria bajo anestesia general. Los resultados no se ven de inmediato. Se les explica a los pacientes que el proceso de curación puede tardar hasta 6 meses. Si bien este período de tiempo puede parecer muy largo, vale la pena la espera.
Un cirujano oculoplástico experimentado tiene una amplia formación para limitar el riesgo de complicaciones y también puede tratarlas. Las complicaciones quirúrgicas nunca son deseadas; sin embargo, es bueno saber que existen opciones de tratamiento para abordarlas cuando ocurren.