La parálisis facial provoca un debilitamiento severo de los músculos del lado afectado de la cara. Entre otras funciones, estos músculos son esenciales para parpadear, sonreír y masticar los alimentos. Las secuelas oculares más comunes de la parálisis facial son el lagoftalmos y la ptosis de la ceja.
Lagoftalmos es un término médico utilizado para describir la incapacidad del paciente para cerrar los párpados por completo, lo que lleva a la exposición de la córnea. Debe tratarse rápidamente para prevenir la ulceración de la córnea, las infecciones y la perforación del ojo. El tratamiento es quirúrgico, mediante la implantación de una pesa de oro de un tamaño predeterminado en el párpado superior. Es una operación segura y eficaz. Los pacientes que se someten a la implantación de pesas de oro podrán cerrar el ojo adecuadamente después de la operación.
Otra secuela es el descenso de la ceja. Los pacientes con ptosis de la ceja por lo general se quejan de disminución de la visión en el lado de la parálisis. Esto es causado por la obstrucción del campo visual por la caída de la ceja. Se trata elevando quirúrgicamente la ceja con una operación llamada cejaplastia o lifting de ceja. El procedimiento se realiza bajo anestesia local. El cirujano extrae una tira de piel por encima de la ceja y cierra el defecto con suturas, elevando automáticamente la cola de la ceja. El paciente nota el resultado inmediatamente después de la cirugía.