Las manifestaciones oculares de la enfermedad en la glándula tiroides son bastante frecuentes. Se asocian más comúnmente con una enfermedad autoinmune que afecta la glándula tiroides y los tejidos alrededor del ojo, llamada enfermedad de Graves. La enfermedad de Graves afecta a mujeres de la media edad con mayor frecuencia, aunque los hombres también se ven afectados.
La enfermedad ocular tiroidea u orbitopatía tiroidea (OT) puede causar problemas oculares durante la etapa activa de la enfermedad, o puede causar secuelas debido a formaciones de cicatrices que se vuelven crónicas. Estas cicatrices alteran la forma y apariencia de los ojos.
Cuáles problemas oculares causa la orbitopatía tiroidea?
Los síntomas oculares de la orbitopatía tiroidea suelen ser secundarios a la sequedad significativa del ojo y la inflamación de los tejidos que lo rodean. Las personas con OT pueden experimentar retracción del párpado, una condición en la que los párpados se abren anormalmente. Esto hace que los pacientes tengan un aspecto “sorprendido” o “abultado” en los ojos y provoca la exposición de la córnea que, a su vez, provoca sequedad severa del ojo, enrojecimiento y lagrimeo.
Un oftalmólogo o cirujano oculoplástico debe manejar estos síntomas. El mejor tratamiento es el uso frecuente de gotas lubricantes sin conservantes y geles oftálmicos. En algunos casos, su oftalmólogo también puede prescribir antiinflamatorios orales.
Por otro lado, la orbitopatía tiroidea puede causar problemas en el ojo debido a la inflamación crónica y la formación de tejido cicatricial alrededor del ojo, especialmente en los párpados. En estos casos, los pacientes observan cambios severos en la apariencia de sus ojos, es decir, una expresión de “sorpresa” casi constante. Es esta expresión es la que más comúnmente lleva a los pacientes a consultar con un cirujano de párpados. En estos casos, se requiere cirugía reconstructiva para recuperar la apariencia normal de los ojos.
¿Cómo se pueden tratar las secuelas de la orbitopatía tiroidea?
Las secuelas de la enfermedad ocular tiroidea pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida y el bienestar psicológico de una persona. Los cambios que causa en la forma y apariencia de los ojos pueden ser tan dramáticos como para cambiar la apariencia de un paciente.
La secuela principal resultante de la enfermedad es la retracción de los párpados superiores. La retracción del párpado superior se aborda con una operación que baja los párpados y, al hacerlo, ayuda a recuperar la forma y el contorno normales de los ojos. Es un procedimiento ambulatorio que tiene una recuperación indolora. Esta operación ayuda a dar confianza al paciente al recuperar la forma normal de sus ojos.
A veces, los párpados inferiores también se retraen hacia abajo, lo que hace que el ojo se empuje hacia adelante, dándole al paciente una mirada de sorpresa. Esta secuela requiere cirugía para reorganizar los párpados inferiores y colocarlos a una posición más normal. La cirugía para corregir esta secuela también es una operación ambulatoria; sin embargo, el tiempo de recuperación tiende a ser un poco más lento, ya que hay más hematomas e hinchazón. Sin embargo, la operación puede hacer maravillas para recuperar la forma y el contorno normal de los ojos del paciente.
Ambos procedimientos mencionados anteriormente se realizan para ayudar a los pacientes con enfermedad de Graves a recuperar su apariencia normal. Se consideran procedimientos reconstructivos; sin embargo, tienen efectos estéticos significativos en la apariencia de un paciente.
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