La ptosis palpebral, o párpado caído, puede ser causada por el envejecimiento, trauma, o una cirugía ocular. También puede ser congénita.
El párpado caído se puede elevar con cirugía. Existen dos abordajes: a través de la piel (vía anterior) o por la parte interior del párpado (müllerectomía). La segunda opción es mejor en muchos casos.
Primero, el cirujano le da vuelta al párpado con una sutura. Esta maniobra le permite observar la parte interior del párpado.
Luego, el cirujano marca la conjuntiva justo por debajo del tarso (placa de tejido conectivo).
Posteriormente, se marca la cantidad de conjuntiva y músculo de Müller que ser va a resecar. Esto debe calcularse antes de la cirugía.
El cirujano aísla la conjuntiva y el músculo de Müller que va a resecar con un instrumento especial. Luego, pasa una sutura a través de este tejido.
Se emplea un bisturí para cortar el tejido sujetado por el instrumento. La resección debe realizarse cuidadosamente para evitar cortar la sutura.
La sutura se anuda del lado exterior, por encima de la piel.
Una semana después de la cirugía: el párpado superior izquierdo (lado derecho de la pantalla) tiene una altura normal.