Existen al menos tres mitos relacionados con la blefaroplastia superior. El primero es que la blefaroplastia es el procedimiento adecuado para cualquier paciente que se queje de exceso de piel en los párpados o de tener los párpados caídos. La razón por la cual esto es incorrecto es porque existen otras causas más frecuentes de ese aspecto de párpado caído, como son la caída de las cejas y la ptosis palpebral.
El segundo mito es que la blefaroplastia es un procedimiento muy sencillo que puede realizar cualquier cirujano. Debido a que los párpados son estructuras complejas que juegan un papel fundamental en la lubricación ocular, si la cirugía no se realiza cuidadosamente, es probable que surjan complicaciones graves como lagoftalmos cicatricial u ojo seco severo.
Por último, es importante aclarar que, a pesar de que existen procedimientos no quirúrgicos que ayudan a mejorar la textura de la piel de los párpados, estos no ofrecen los mismos resultados que una blefaroplastia.
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