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El cáncer de párpado es uno de los cánceres de piel más comunes, especialmente entre las poblaciones con piel clara, y el párpado es un sitio muy frecuente donde aparece. De hecho, hasta el 10 por ciento de todos los cánceres de piel se forman en los párpados, siendo los párpados inferiores los más afectados. El cáncer de párpado ocurre con más frecuencia en adultos entre los 50 y 80 años de edad y rara vez afecta a niños y adultos jóvenes.
El cáncer que nace en la piel de los párpados se puede dividir en dos clases principales: el melanoma maligno y el cáncer de piel no melanocítico (NMSC). Los tipos no melanocíticos son mucho más frecuentes y afectan a millones de personas cada año.
Un aspecto positivo importante del cáncer de piel es que se puede detectar temprano, especialmente en los párpados. Esto hace que sea mucho más fácil de tratar y curar. El síntoma más común es una masa en la piel del párpado. La piel puede adquirir un aspecto, color o textura anormal. El paciente también puede notar engrosamiento, inflamación o descamación de la piel.
Un tumor que sangra fácilmente o una masa que no se cura con tratamientos tópicos también puede indicar malignidad. La pérdida de pestañas es un indicador muy fuerte de cáncer de párpado, mientras que los bordes irregulares y el crecimiento de la lesión indican un probable crecimiento activo de la masa.
Como se mencionó anteriormente, el cáncer de piel de los párpados se divide en dos categorías: el melanoma y carcinoma no melanocítico (NMSC). Los párpados son un sitio común para los dos tipos más frecuentes de NMSC, el carcinoma basocelular y el carcinoma escamoso.
Nace en las células basales que se encuentran en la capa inferior de la epidermis. Este carcinoma constituye aproximadamente el 90% de todos los cánceres que aparecen en los párpados. El CBC se caracteriza por tener un pronóstico excelente ya que no tiende a hacer metástasis; esto significa que el tumor produce daño local, pero rara vez viajará a otros órganos. Sin embargo, el tumor producirá un daño tisular local significativo si no se elimina de inmediato. La mayoría de carcinomas se manifiestan clínicamente en forma de una masa “perlada” en el párpado que además presenta una superficie irregular y gruesa. La masa crece lentamente y no desaparece con cremas u otros tratamientos tópicos.
Es el tipo más agresivo de cáncer de párpado. Por lo general, el tumor empieza como un lunar pigmentado en el margen o ángulo del párpado afectado. El pigmento es marrón oscuro a negro y los bordes de la masa están mal definidos. Debido a que este cáncer tiene un pronóstico tan malo, cualquier tumor pigmentado en el margen del párpado debe removerse para realizar una biopsia.
Es el segundo cáncer más común de los párpados. Este tumor es más agresivo que el carcinoma basocelular. El CS surge de una capa más superficial de la epidermis y, aunque se parece clínicamente al basocelular, la masa suele ser más plana y produce más inflamación. Este cáncer suele aparecer como una mancha roja y escamosa que crece con el tiempo y no se cura. Lamentablemente, este tumor tiene un pronóstico más malo porque, a diferencia del CBC, sí se propaga a los tejidos más profundos de la órbita (cavidad que alberga al ojo) y tiene una mayor tendencia a producir metástasis.
Una vez que se ha realizado un diagnóstico de cáncer con una biopsia, la masa se debe extirpar quirúrgicamente y la zona afectada debe reconstruirse. La extirpación del cáncer es lo más importante y no deben quedar células malignas al retirar el tumor. Existen tres técnicas quirúrgicas para lograr esto: la biopsia escisional con márgenes amplios, la técnica por congelación, y la cirugía de Mohs.
Remover el tumor dejando márgenes amplios libres de cáncer (biopsia escisional) es una técnica popular para el tratamiento del cáncer de piel. Los márgenes visibles del tumor se marcan con tinta y se deja un borde de entre 3 a 6 mm de tejido de aspecto sano (libre de tumor) alrededor de esta área. Luego, el cirujano quita el tumor en la zona demarcada.
La ventaja de esta técnica es que se realiza rápidamente y no requiere equipo costoso. La mayor desventaja es que, a pesar de que el tumor es extirpado, algunas células malignas pueden quedar en la piel de los márgenes. En ese caso, el cirujano tendría que volver a operar para extraer más tejido de esa área.
La biopsia por congelación es una técnica que consiste en extirpar el área que parece estar afectada y enviar la muestra a patología para ser analizada. Se utiliza un marcador quirúrgico para identificar los límites externos visibles y / o palpables del tumor con un borde adicional de 3 a 5 mm marcado más allá de este. Posteriormente, se extirpa el tumor en los bordes marcados. El margen se divide en pequeñas unidades que se envían a un patólogo para su examen bajo un microscopio. Si los márgenes están infiltrados con cáncer, el cirujano regresa y extrae más tejido que el patólogo analiza nuevamente. Esto se repite hasta que los márgenes de la piel estén completamente libres de células malignas.
La cirugía de Mohs se considera la técnica más precisa y efectiva para tratar el cáncer de piel no melanocítico, especialmente en la zona de los párpados. La técnica consiste en eliminar las capas de piel afectadas por el cáncer y examinarlas de inmediato hasta que solo quede piel sana. Sería como quitar las capas de una cebolla podrida hasta dejar la parte buena. De las tres técnicas mencionadas, la cirugía de Mohs tiene la gran ventaja de conservar la mayor cantidad de tejido sano. La desventaja radica en el hecho de que el tiempo de la cirugía puede ser bastante largo, incluso horas, y esto requiere una sedación prolongada. También es una técnica muy costosa debido a su complejidad técnica. Después de quitar todo el cáncer y asegurarse de que no queden células malignas, el cirujano oculoplástico tiene que reconstruir la zona afectada por el tumor. La reconstrucción no siempre se realiza el mismo día de la cirugía; en cambio, el cirujano de Mohs remueve la lesión y el cirujano reconstructivo repara la zona uno o dos días después.
La recuperación después de la cirugía de cáncer de párpado requiere que el paciente se tome un tiempo de descanso para permitir que los tejidos sanen correctamente. La primera semana el paciente debe abstenerse de levantar objetos pesados. Es importante tomar en cuenta que la hinchazón y los moretones son normales después de la cirugía y que la inflamación puede durar mucho tiempo en desaparecer. La hinchazón que aparece después de una reconstrucción del párpado se llama linfedema, o edema linfático, y es bastante difícil de tratar. La terapia de drenaje linfático puede ayudar a reducir esta condición. Por otro lado, algunos pacientes pueden requerir más de una cirugía para recuperar la función normal de los párpados.
Los tumores cancerosos en los párpados tienen ciertas características que los distinguen de las lesiones benignas. Una persona puede sospechar que tiene cáncer en el párpado si observa una masa o bulto alrededor del ojo que no desaparece con cremas u otros tratamientos tópicos. Además, si la masa ha mostrado signos de crecimiento y sangra con un trauma menor, la probabilidad de cáncer es aún mayor.
Otros signos de malignidad son bordes irregulares, ulceración de la piel y la pérdida de pestañas en la ubicación del tumor. Una mancha roja y escamosa en la piel que se vuelve crónica también nos haría sospechar cáncer. La forma más común de cáncer de piel de los párpados, llamada carcinoma basocelular, se presenta como un tumor que tiene bordes perlados y pequeños vasos sanguíneos en su base.
Estos son algunos de los signos clínicos de cáncer de piel. Sin embargo, la única manera de estar seguro de que una masa es cáncer es mediante una biopsia. El patólogo puede analizar la muestra y hacer el diagnóstico. Esto también es fundamental para saber qué tipo de cáncer tiene el paciente.
El cáncer de piel es muy común, especialmente en la cara. El cáncer de piel del párpado no es una excepción. De hecho, esta área es responsable del 5 al 10 por ciento de todos los cánceres de piel. El cáncer de piel es más común en el párpado inferior, seguido del párpado medial, del párpado superior y del ángulo o comisura lateral, en ese orden.
El tipo más común de cáncer de piel es el carcinoma de células basocelular. Este tumor crece a partir de células anormales en las capas más profundas de la piel. El carcinoma basocelular causa daño tisular local pero muy raramente causa metástasis. Esto hace que sea uno de los tipos de cáncer más «benignos». De hecho, la mayoría de estos tumores se pueden curar quirúrgicamente y no requerirán quimioterapia o radiación.
Los síntomas del cáncer de piel de los párpados dependerán del tipo de cáncer. Es frecuente que haya picazón o irritación de la piel en la mayoría de los casos. Algunas personas experimentan dolor, aunque suele ser leve. Un poco de sangrado que viene del tumor es algo poco frecuente pero muy característico de la malignidad. Además, la mayoría de los cánceres producen pérdida de pestañas, por lo que este síntoma debería hacer que una persona consulte a un cirujano oculoplástico rápidamente.
Es normal que una persona muestre preocupación si es diagnosticado de cáncer de párpado. Sin embargo, la mayoría de los tumores malignos de piel que aparecen en esta zona tienen un pronóstico muy bueno. La razón principal es que estas neoplasias rara vez causan metástasis. Otra razón por la cual el pronóstico es tan bueno es que este cáncer puede curarse con cirugía y no requiere quimioterapia o radiación, en la mayoría de los casos. De hecho, las tasas de supervivencia del carcinoma basocelular (el cáncer más común) son las más altas entre las víctimas de cáncer.
Por otro lado, el melanoma maligno (MM) tiene un pronóstico muy malo. Este es probablemente uno de los tipos de cáncer más agresivos. Afortunadamente, este cáncer es poco frecuente en los párpados.
El tratamiento del cáncer del párpado siempre es quirúrgico. Después de realizar el diagnóstico con una biopsia, el cáncer se extirpa con mucho cuidado para asegurarse de que no quede ninguna célula maligna. Hay diferentes técnicas para lograr esto. La más eficiente se llama cirugía micrográfica de Mohs. La cirugía de Mohs ha revolucionado el tratamiento del cáncer de piel porque permite a los cirujanos extirpar el cáncer por completo y, al mismo tiempo, conservar el tejido sano alrededor del tumor. Esto hace que la reconstrucción del párpado sea mucho más fácil y el resultado sea más estético.
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Abraham Gómez, MD
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