Cuando existe lagoftalmos, el paciente experimenta un dolor tremendo en los ojos asociado con ardor, enrojecimiento y lagrimeo constante. Todos estos síntomas son secundarios a irritación corneal y sequedad de los ojos. Esto es especialmente molesto por la noche, porque los ojos del paciente permanecen entreabiertos durante el sueño. El lagoftalmos puede tener serias consecuencias en la visión del paciente e incluso puede poner el ojo en riesgo de daño permanente.
Cuando falta piel del párpado superior después de una blefaroplastia, la única alternativa para mejorar los síntomas del paciente es volver a colocar piel mediante un injerto. La piel generalmente se toma de la parte posterior de las orejas porque es la que más se asemeja a los párpados en términos de textura, grosor y color. El injerto se mide en la sala de operaciones, después de sedar al paciente y esterilizar el sitio quirúrgico. Al principio, los injertos de piel pueden tener un aspecto extraño y poco estético, sobre todo los primeros meses después de la operación, pero el resultado final es bastante aceptable. Más importante aún, esta operación puede salvar la córnea del paciente y evitar secuelas visuales irreversibles. No solo eso, sino que la calidad de vida del paciente mejora significativamente. Los síntomas del ojo seco, que a menudo representan una verdadera desventaja para estas personas, mejorarán o desaparecerán por completo.