La disfunción de las glándulas de meibomio o DGM es la enfermedad crónica más frecuente que afecta los párpados. El blanco principal de esta disfunción es una glándula que produce grasa para estabilizar la película lagrimal y evitar que ésta se evapore fácilmente. En la DGM, los orificios de las glándulas están obstruidos y la grasa no puede secretarse hacia la superficie ocular. El resultado de esta disfunción es la desestabilización de la lágrima y sequedad ocular significativa. La DGM es la causa más frecuente de ojo seco crónico en el mundo. Al no existir un reservorio de grasa en el margen del párpado, las bacterias que forman parte de la flora normal de las pestañas proliferan y favorecen la síntesis de sustancias que son tóxicas para la superficie ocular.
Los síntomas más frecuentes en los pacientes con DGM incluyen:
- Picazón, dolor y párpados rojos
- Sensación de ardor o arenilla en los ojos
- Sensibilidad a la luz
- Párpados hinchados o inflamados
- Intolerancia a los lentes de contacto
- Ojos rojos y dolorosos
- Visión borrosa
El tratamiento de la DGM consiste en higiene palpebral, la cual se realiza siguiendo los siguientes pasos:
Calor:
Usando una compresa tibia o vapor caliente para favorecer que el aceite producido por las glándulas de meibomio sea más líquido
Masaje de los párpados:
Para expulsar los aceites de estas glándulas
Limpieza de los párpados:
Para limpiar cualquier exceso de aceite y eliminar cualquier corteza, bacteria, polvo o mugre que pudiera haberse acumulado
Los casos más severos pueden requerir antibióticos que se aplican directamente al ojo o al párpado o se toman como comprimidos.