Quizás usted es una de las muchas personas que experimentan lagrimeo constante. Este lagrimeo excesivo puede ser secundario al síndrome del ojo seco, una irritación crónica de la superficie ocular o a la obstrucción de la vía lagrimal. Cuando la obstrucción del lagrimal es el culpable, la condición de tener un ojo lloroso se llama epífora.
El sistema de conductos lagrimales comienza en los párpados y desciende hasta la nariz. La epífora puede deberse a una obstrucción de la parte superior del lagrimal, es decir, la que está más cerca del ojo, o del conducto lagrimal inferior. Las obstrucciones del conducto lagrimal inferior se tratan en otro apartado de este blog (ver blog). En este blog, discutiremos cómo tratar las obstrucciones del conducto lagrimal superior.
Los párpados contienen pequeñas aberturas, llamadas puntos lagrimales, en su superficie interna a través de las cuales drenan las lágrimas (ver figura).
Una fina capa de mucosa recubre los puntos lagrimales. Existen varias condiciones médicas que pueden inflamar la mucosa, haciendo que estas delicadas estructuras se estrechen o se cierren por completo. Cuando esto sucede, se dice que existe una estenosis del punto lagrimal. Cuando el calibre del punto lagrimal disminuye, el drenaje de las lágrimas se restringe significativamente y los pacientes empiezan a experimentar lagrimeo constante. Afortunadamente, contamos con un procedimiento quirúrgico que puede revertir estas obstrucciones de manera rápida, segura y efectiva. La cirugía de la que hablamos restablece la permeabilidad del punto lagrimal, mejorando los síntomas casi de inmediato.
¿Qué es una puntoplastia?
La puntoplastia es el procedimiento de elección para tratar las obstrucciones del punto lagrimal. Esta es una cirugía que realiza bajo anestesia local en el consultorio del cirujano; es decir, no requiere ir a un quirófano.
Primero, el cirujano inyecta anestesia local en el área alrededor del punto lagrimal. Luego, utiliza un instrumento quirúrgico romo, llamado dilatador del punto lagrimal, para ampliar el orificio de dicha estructura. Posteriormente, el cirujano hace tres incisiones a lo largo del punto lagrimal con tijeras microquirúrgicas. Finalmente, se introduce una sonda especial en el conducto lagrimal superior para confirmar la permeabilidad de todo el sistema.
Este procedimiento dura unos 10 minutos y tiene una recuperación muy corta. El paciente debe aplicarse gotas tres veces al día durante una semana en el ojo operado. Se ofrece una cita de seguimiento una semana después de la cirugía.
La puntoplastia tiene una alta tasa de éxito, siempre que no existan anomalías u obstrucciones en el drenaje lagrimal inferior. Hemos subido un video corto para ilustrar el procedimiento.