Cualquier tejido que rodea los ojos es propenso a desarrollar crecimientos anormales dentro de su red celular; esto incluye la piel, las glándulas sebáceas y la mucosa de la superficie interna de los párpados. Estos crecimientos, también conocidos como tumores, pueden ser benignos o malignos. El lograr reconocer la diferencia entre una lesión cancerosa y un simple lunar es una cuestión de suma importancia, ya que algunos tumores malignos alrededor de los ojos pueden causar una discapacidad visual importante, o incluso la muerte.
Los especialistas en párpados, conocidos como cirujanos oculoplásticos, tenemos una amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de tumores de los párpados, ya sean benignos o cancerosos. En el blog de hoy, explicaré las principales diferencias entre los dos.
Cómo diferenciar entre un tumor benigno vs maligno
Las lesiones benignas de los párpados representan más del 80% de todas las neoplasias en esta área. La mayoría de las lesiones no cancerosas son fáciles de reconocer. Sin embargo, es necesario realizar una biopsia de algunos tumores para poder descartar malignidad. En general, las lesiones benignas obedecen criterios clínicos bien definidos. Las siguientes preguntas pueden ayudarnos a hacer el diagnóstico correcto:
¿La lesión es crónica, o ha aparecido recientemente?
Un tumor en el párpado que ha estado presente durante décadas (desde el nacimiento o la adolescencia), muy probablemente representa un tumor benigno. Es muy poco común que los tumores malignos estén presentes por muchos años sin causar síntomas, como dolor, irritación, sangrado, etc. Sin embargo, un tumor benigno puede transformarse en un cáncer. Este fenómeno es inusual, pero debe reconocerse rápidamente para evitar daños irreversibles en el ojo y los tejidos que lo rodean. Si un paciente notó recientemente una masa alrededor del ojo, es recomendable que visite a su especialista en párpados para descartar un tumor maligno.
¿La lesión ha crecido en los últimos meses?
Esta es la clave para un diagnóstico rápido. Una lesión benigna rara vez crecerá significativamente, pero un tumor maligno aumentará de tamaño en cuestión de meses o años. Una de las primeras preguntas que le hago a mis pacientes es esta: ¿la lesión es del mismo tamaño que hace 10 años o ha notado algún crecimiento en los últimos 6 meses a un año? Si el paciente duda al responder esa pregunta, significa que el tumor probablemente haya crecido y se deba tomar una biopsia. La gran mayoría de los pacientes sabrá si la masa ha permanecido del mismo tamaño en la última década. ¡El rápido crecimiento de una masa no es una buena señal!
¿Ha notado un cambio en el color o la textura?
Otra característica importante que debe explorarse es el patrón de colores de la masa. Esto es crucial cuando queremos descartar cánceres muy agresivos, como el melanoma. Tenga en cuenta que el color no es tan importante como el patrón. No todos los tumores pigmentados son malos; por ejemplo, un lunar puede tener un matiz negro o azul, pero el patrón es regular y uniforme. Por otro lado, los melanomas muestran un patrón irregular o moteado que se extiende en una disposición tipo telaraña. El patrón de color y la regularidad de los márgenes de la lesión deben ser examinados por un especialista.
¿Faltan pestañas en el área del tumor?
Finalmente, cuando faltan varias pestañas dentro o alrededor de la masa, existe una alta probabilidad de malignidad. La pérdida de pestañas se llama madarosis. Este signo debe inducir al paciente a buscar una evaluación inmediata por un cirujano de párpados. La lesión deberá ser completamente extirpada y analizada por un patólogo.
Rehabilitación visual posterior a la cirugía
En algunos casos, la cantidad de tejido de los párpados que debe eliminarse es bastante significativa, especialmente si la masa es cancerosa. Sin embargo, los cirujanos oculoplásticos contamos con un entrenamiento quirúrgico integral en el tratamiento de la reconstrucción del párpado después de la extirpación de un tumor. El especialista en párpados considera múltiples factores funcionales y estéticos en el momento de la reconstrucción para lograr el mejor resultado para cada paciente.